En búsqueda de la plenitud, hemos explorado muchos caminos. Desde el ascetismo extremo hasta la más impresionante opulencia y en todos los casos parece no ser suficiente para alcanzar ese estado de “saciedad plena”.
Buscar la plenitud en la saciedad del cuerpo, la mente o el espíritu es una ilusión, es el cambio de un estado de agravio a uno de armonía lo que buscamos y en la medida que lo analizamos mejor, nos damos cuenta de que no hay uno sin el otro, la búsqueda exclusiva y permanente de la saciedad es la causa del desequilibrio. No hay que buscar la permanencia de un estado específico, sino más bien presenciar con disfrute el ciclo infinito del cambio que se repite a nuestro alrededor.
Disfruta del ciclo y no lo intentes parar; fluye con él. escucha su ritmo y vuelve al equilibrio entre la opulencia y la escasez.
Abandona la glotonería; la búsqueda de la saciedad.