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El trabajo no es tu propósito de vida

Trabajo

¿Cuáles son las cosas alrededor de las cuales hemos diseñado nuestras vidas?

¿Sobre qué objetos físicos o conceptuales hemos decidido invertir gran parte de nuestra existencia?

En mi caso, el gran monolito sobre el cual había construido mi vida era el trabajo.

Lo hice pensando que había sido mi elección, pero ¿qué elección tiene alguien que, desde los 6 o 7 años, ha sido entrenado para ser un trabajador?

¿Qué elección puede tener un infante contra un sistema perfeccionado desde la Revolución Industrial?

Ninguna.

El propósito de la educación moderna no es enseñarte a pensar, es enseñarte a obedecer. No es darte autonomía, sino hacerte dependiente.

El propósito de la educación moderna es producir trabajadores.

Y sí, el mundo necesita trabajadores; el trabajo es digno y fuente de mucho bienestar. El problema está en que ha crecido como un cáncer y ha reducido todas las esferas de nuestra vida a meros accesorios, a lujos que solo unos pocos pueden permitirse.

El bienestar, el ocio, el arte y las relaciones han pasado a un segundo plano. Se han transformado incluso en medios para el trabajo. O ¿por qué creen que las empresas invierten tanto en el bienestar de sus empleados? Pues porque eso los hace mejores empleados.

Afortunadamente, parece ser que el mundo está despertando y cada vez hay más rebeldes que se levantan de su sueño profundo para dar al trabajo su justo lugar en la armonía de la vida.

¿Hasta qué punto has decidido por ti mismo el rumbo de tu vida? ¿Cómo puedes asegurarte de que no es solo una inercia programada?

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